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 SALUD:
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  Come sin Engordar 
                  La mayoría de 
                  las mujeres cuando van a comer a un restaurante, le dicen al 
                  mesero que les informe con toda la certeza del mundo, cuantas 
                  calorías y grasa tiene cada platillo. Pero en realidad esto no 
                  es tan importante, ya que según estudios, el 26 % de las 
                  personas que van a comer a restaurantes, ingieren cualquier 
                  cosa que se les apetezca, rompiendo un poco con la dieta y el 
                  rigor con que comen en sus casas. 
                   
                  Lo importante para estas personas no es lo que se come o 
                  cuando se come, sino conocer el valor nutricional de cada 
                  alimento para lograr un balance en las comidas al final del 
                  día. Además de visitar un nutricionista, te damos ciertas 
                  recomendaciones que te ayudarán a comer lo que quieras y verte 
                  bien al mismo tiempo: 
                   
                    Una 
                  valiosa recomendación, es preguntarle a un nutricionista cuál 
                  es la cantidad de grasas, carbohidratos, calorías y proteínas 
                  que puedes consumir al día. Luego elabora un esquema mental de 
                  cómo debería ser el tamaño de cada porción de comida que 
                  ingieras. Por ejemplo, que en una comida tú sepas que no 
                  puedes comer más de dos cucharadas de arroz, una tacita de 
                  ensalada, y un pedazo de carne que su tamaño no sea mayor al 
                  de tu puño cerrado.  
                    
                    Como en 
                  la mayoría de los restaurantes sirven cantidades de comidas 
                  muy grandes, cuando te sirvan, come sólo lo que sea lógico. Si 
                  tú ya sabes que dieta debes seguir y la cantidad correcta de 
                  comida, para que exceder y comer más para luego arrepentirte. 
                  Además muchas veces comemos y comemos a pesar de estar llenos, 
                  por lo tanto analiza cuanto es lo que realmente necesitas 
                  comer.  
                   
                    Si sabes 
                  que cuando veas la comida, no vas a tener la suficiente fuerza 
                  de voluntad como para no comerla, dile al mesero que antes de 
                  llevarte la comida a la mesa, te ponga cierta cantidad (la que 
                  consideres conveniente) en un recipiente plástico para llevar 
                  y comértelo en la casa. 
                   
                    Aunque 
                  comer en un restaurante no tenga nada de malo, evita las 
                  comidas rápidas. A pesar de lo deliciosas que son las 
                  hamburguesas, las papitas fritas, los perros calientes y todos 
                  los demás productos que conforman la sabrosa y extensa lista 
                  de comidas rápidas, contiene muchísimas calorías, 
                  carbohidratos y proteínas que no son buenas para la salud. Por 
                  ejemplo, una hamburguesa grande tiene 1166 calorías, un 
                  aproximado de 95 mg de colesterol y 51 gramos de grasa; con 
                  esto estamos diciendo que las calorías suplen el 58% de la 
                  necesidad diaria, el colesterol el 32% y la grasa el 78% de 
                  toda la grasa que se debería consumir en un día. 
                   
                    Cuando 
                  vayas a algún sitio en donde debes comer para sentirte 
                  relajada o concentrada, como el cine, entonces recuerda 
                  racionalizar bien las porciones aunque sea poca comida. No 
                  compres palomitas si te vas a comprar un perro caliente, ni un 
                  chocolate si vas a combinarlos con unos nachos. Aparte del 
                  daño que te va a producir a nivel estomacal, te vas a desviar 
                  mucho de lo que tu dieta exige. 
                   
                  Antes de seguir cualquier dieta, recuerda que primero debes 
                  consultarlo con un nutricionista, ya que sólo él (o ella por 
                  supuesto), podrá decirte que es lo mejor para tu salud. Además 
                  recuerda que no es la el alimento en sí lo que puede afectar 
                  tu dienta, sino la cantidad que comas de cada cosa. 
                   
                   
  
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