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 El Jabón y su 
      Uso     
El jabón es el resultado de la reacción química entre hidróxido de sodio o 
potasio, y algún ácido graso (como manteca de cerdo o aceite de coco). Esta 
reacción se llama saponificación. Es un producto que sirve para la higiene 
personal y para la higiene que se le debe dar a nuestras objetos, muchas veces 
se utilizan para decorar una habitación o un baño para proporcionar una 
apariencia de frescura y limpieza. Se puede utilizar en pastilla, en champú o en 
gel.
 La forma más apropiada de clasificar al jabón se basa en el uso para el cual fue 
fabricado. Los que se pueden considerar más finos son los de tocador, para los 
cuales se utilizan grasas de color más claro. Luego están los de uso cosmético, 
que por su poder emulsivo, el jabón es un ingrediente importante en casi todas 
las fórmulas. Casi todos los jabones tienen una mezcla de la fase acuosa y 
oleosa. Lo que realmente nos interesa saber de los jabones es que cumplan la 
funcione de limpiar la superficie cutánea, eliminando las células muertas.
 
 Para utilizar un jabón se debe tener claro el tipo de piel que tenemos. Los 
jabones neutros son recomendados para todo tipo, ya que tienen un pH similar al 
de la piel, lo cual minimiza la sobre exposición a los efectos de la grasa y la 
resequedad que pueden producir los que son muy alcalinos, o muy desengrasantes 
(pueden secar la piel produciendo irritaciones y molestias.), o demasiado 
aromatizados (ya que puede que seamos alérgicas). En la actualidad, se han 
creado ciertos mitos alrededor de los jabones, como por ejemplo, que un jabón 
entre más espumoso sea, mayor va a ser la limpieza que proporciona; o entre más 
intenso sea su aroma o color, mayor será su efectividad.
 
 En el mercado podemos encontrar muchos tipos de jabones, con propiedades y 
características propias para cada necesidad:
 
 -Jabones de glicerina: tiene un efecto mucho más duradero que los jabones 
comunes. Se recomienda para las pieles grasas ya que tienden a resecar la piel.
 
 -Jabones dermatológicos: se recomiendan para pieles que tienen irritaciones, 
hongos o algún tipo de bacteria. Tienen agentes de limpieza sintéticos, a los 
que se añaden aceites vegetales que contribuyen a cerrar los poros aliviando la 
irritación y previniendo el acné.
 
-Jabones normales: Se pueden utilizar para todo tipo de piel, son sólidos y 
hechos con sebo grasoso y potasio.
 -Jabones líquidos: su presentación es una loción o gel. No todos tienen la misma 
efectividad.
 
 
 -Jabones aromáticos: tienen esencias florales y frutales, tienen un efecto 
relajante. No es recomendado para piel sensible.
 
-Jabones terapéuticos: son recomendados por los médicos para el control y 
cuidado de ciertas enfermedades; son similares a los dermatológicos.
 
 
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