CULTURA:
Huellas de Mujeres
Aspasia de Mileto
(Siglo V a. de C.)
Grecia, la cuna de la civilización occidental, es conocida como la tierra en la
que nació la democracia. Sin embargo existÃan muchas diferencias entre las
clases sociales, y las mujeres no gozaban de los mismos derechos que los hombres
tenÃan, quedando relegadas a la oscuridad de la historia. Sin embargo es aquÃ
donde brilla la luz de la vida de Aspasia.
Descrita como una de las mujeres más hermosas y educadas de su tiempo, Aspasia
nació en la ciudad de Mileto, una colonia jónica en las costas de lo que hoy
es TurquÃa. Su padre Axioco insistió en que se le diera una instrucción
completa, lo cual no era corriente para las mujeres de esa época.
Al
crecer, el conocimiento adquirido en su juventud y su deseo de conocer el mundo
la llevaron a tomar la decisión de abandonar su tierra natal y viajar a una de
las principales ciudades, Atenas.
Llegó a Atenas alrededor del año 44 a. de C. Aquà conoció a Pericles, el
lÃder polÃtico y militar de la ciudad. Pericles se interesó inmediatamente
por la joven. Pronto se enamoró de ella y se divorció de su primera esposa, a
pesar de tener dos hijos con ella, para unirse a Aspasia.
Por
razones polÃticas, Pericles no podÃa desposar a Aspasia. Para evitar que
familias de la aristocracia ateniense realizaran alianzas con otras ciudades por
medio de lazos matrimoniales, Pericles habÃa promulgado una nueva ley, en la
que se le negaba la ciudadanÃa a los hijos de mujeres no atenienses. No podÃa
arriesgar su carrera polÃtica desafiando la ley que él mismo habÃa
introducido. Por esta razón Aspasia vivÃa con él como su
"pallakis", o concubina. Poco después tuvo de él un hijo, al que dio
el nombre de Pericles, como su padre.
Esta
relación causó un gran escándalo en la sociedad ateniense, no solo por estar
juntos sin casarse, sino también porque Aspasia insistÃa en que se la tratara
con igualdad, cosa inaudita en una sociedad dominada por hombres. Pronto
empezaron a circular rumores sobre Aspasia; se afirmaba que era una hetaira
(prostituta), e incluso se llegó a decir que buscaba mujeres jóvenes para
introducirlas en la cama de Pericles.
A
pesar de todo, como compañera del lÃder polÃtico de Atenas, su posición en
la ciudad estaba asegurada. Pero Aspasia no se dejó opacar por la presencia de
su pareja y participó activamente en la sociedad ateniense. Hizo construir un
salón en los que recibÃa a los intelectuales más importantes de la ciudad. AhÃ
ganó fama como oradora, a pesar de que la oratoria era considerada una actividad
propia de hombres; su inteligencia y el excelente estilo de sus discursos le
otorgaron una fama merecida. En el mismo salón enseñaba oratoria polÃtica a los
jóvenes, hombres y mujeres, asà como a las esposa de los polÃticos atenienses.
En el
campo polÃtico, el respeto que Pericles demostraba por Aspasia escandalizaba a
la gente. En un tiempo en que creÃa que las mujeres debÃan dejar que los
hombres gobernaran sus vidas, Pericles consultaba a Aspasia como su igual,
pidiendo su consejo en asuntos de gran importancia polÃtica y permitiendo que
asistiera a las reuniones con personas importantes, en las que ella pudo
demostrar su gran inteligencia. Se llegó incluso a afirmar que era Aspasia
quien escribÃa los grandes discursos leÃdos por Pericles. El propio Platón
mencionó esto en sus libros.
El
intelecto y la capacidad verbal de Aspasia fueron reconocidas por los grandes
filósofos. Sócrates no dudó en afirmar que ella tenÃa una de las mejores
inteligencias de Atenas. Otros filósofos y escritores hablaron de ella en sus
escritos, muchos con opiniones negativas llegando incluso al claro desprecio,
pero todos certificaban la inteligencia de Aspasia.
Se
cree que la influencia de su compañera movió a Pericles a desarrollar a Atenas
para convertirla en la joya de la civilización griega. La ciudad se convirtió
en el centro del conocimiento, la polÃtica y las artes. El Siglo de Pericles,
como se llama al tiempo en que Atenas alcanzó su máximo esplendor, le debe
mucho a Aspasia.
Con
el inicio de la Guerra del Peloponeso, la época dorada de Atenas estaba tocando
a su fin. Los enemigos polÃticos de Pericles lo acusaron de haber incitado las
hostilidades con Esparta al defender a Mileto, ciudad de Aspasia, que habÃa
sido amenazada por los aliados de Esparta. Muchas voces se levantaron para
atacar a Aspasia, y un dramaturgo escribió una obra en la que la acusaba de
impiedad. Aspasia fue salvada de ser exiliada por intervención de Pericles, que
la defendió ante los ciudadanos.
Como
medida protectora durante la guerra, Pericles hizo concentrar la población del
Ãtica en la ciudad de Atenas, pero a pesar de estar escudada tras los muros de
la ciudad, la gente fue atacada por un nuevo enemigo: la peste. Un cuarto de la
población pereció debido a la enfermedad. Los atenienses desesperados
despojaron a Pericles de su cargo y le dieron la espalda a Aspasia. Sin embargo
él fue reelecto poco después.
Durante la peste murieron los dos hijos de Pericles de su primer matrimonio, y
él intentó nombrar al hijo que tuvo con Aspasia su heredero. Antes de lograrlo
falleció por la enfermedad, y Aspasia se encontró sola en una ciudad que no la
aceptaba. Sin embargo Aspasia aún tenÃa amigos, y la asamblea popular, en un
acto de bondad, le otorgó a su hijo la ciudadanÃa.
Apoyada por unos pocos amigos, Aspasia continuó viviendo en Atenas y recibiendo
a filósofos y oradores. Se sabe que con el tiempo encontró un nuevo compañero
de nombre Lisicles, y según la tradición lo ayudó a participar en la vida
pública de la ciudad.
Se
ignora la fecha exacta de la muerte de Aspasia, pero es probable que hasta sus
últimos dÃas continuó siendo parte de la polÃtica ateniense, ofreciendo su
inteligencia y sus palabras en beneficio de la ciudad.
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