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SALUD: Artículo

Las Varices
II Parte

Todas las mujeres estamos expuestas a la posibilidad de tener várices así como aquellos hombres que descuiden su peso o tengan mala alimentación. Por esto, se recomienda conocer las medidas de prevención que hay que tomar.

Si bien, las várices no se curan y es difícil prevenir, se sabe que hay diversas conductas que colaboran con su aparición, por lo que al menos cabe la posibilidad de disminuir el riesgo, si estas situaciones se evitan al máximo. Cualquier disturbio hormonal, una ingesta exagerada de estrógenos, la mayoría de las pastillas anticonceptivas, ejercicios violentos, aumento exagerado de peso, ropa muy ajustada, y una gran exposición al sol o al calor (como el sauna) pueden terminar desarrollando várices.

Ahora, cuando ya se sufre de várices hay varios tratamientos a seguir que dependen del caso clínico particular y de la preparación del médico que recomiende el tratamiento. Puede mencionarse la escleroterapia, que es tratamiento clásico y consiste en inyectar en la luz de la vena dilatada una sustancia que produzca una pequeña e imperceptible flebitis, por lo que las paredes de la vena se pegan. Si se continua con vendaje post-escleroterapia el organismo no la detecta como vena sino como un cuerpo extraño, por lo que las células de defensa la fagotizan hasta que desaparece.

Por otra parte, se encuentra el tratamiento de láser que si bien es bastante seguro y efectivo, deja marcas de un color diferente en la piel, por lo que no se recomienda.

Por último, cabe la posibilidad de las intervenciones quirúrgicas, las cuales tienen casi los mismos resultados que la escleroterapia, pero se indica especialmente cuando hay síndrome post-trombótico u otros casos que afectan el nivel profundo de las venas.

Como se puede ver hay varias formas de lograr que las várices desaparezcan de la vista de los demás, pero siempre es mejor prevenir, pues no se quitan del todo, algunos tratamientos son muy caros, otros son riesgosos, y no garantizan que no vayan a surgir más. 



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