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SALUD: Artículo
 

La Osteartritis
II Parte

Con respecto a los síntomas existe el agravante de que cuando se inician casi no se pueden detectar, y su progreso es bastante lento, por lo que en la mayoría de los casos permencen sin descubrrse por mucho tiempo, hasta que ya el problema es demasiado grave.

Una de las primeras señales es el dolor producido por la carga, por el movimiento  o cuando se fuerza la articulación. El dolor desaparece en reposo. Por ejemplo, cuando se empieza a caminar por ejemplo duele y luego coforme se dan pasos, el dolor va desapareciendo.

Algunos dolores se ven acompañados por inflamación en la articulación, aumento de tamaño o volumen, mucho calor en la zona, y gran cantidad de líquido sinovial dentro de la articulación. De estas inflamaciones, se deriva el nombre de la enfermedad osteoartritis.

Cuando la dolencia está más avanzada, el dolor también se presenta en reposo. Además, puede presentarse rigidez, sonido en los huesos o crepitación, limitación en los arcos de movimiento y hay tensión en las articulaciones que sostienen algún peso.
Las zonas más comunes donde esta enfermedad se desarrolla cuando ocurre en la columna vertebral, son en el cuello y en la zona baja lumbar. En las articulaciones, vemos dañadas con frecuencia áreas como las manos, las rodillas, las caderas y los dedos de los pies.

El tratamiento de la osteoartritis se inicia con educación del paciente para que proteja sus articulaciones y no las cargue demasiado. Luego, es necesario evitar estar de pie por mucho tiempo, no caminar con peso, ni subir o bajar escaleras es fundamental para disminuir los daños, así como usar un bastón para ayudarse a caminar. En el caso de las manos simplemente no hay que forzarlas. Una gran ayuda es utilizar siempre posturas correctas como sentarse en sillas con respaldo alto y dormir en una cama dura.

Por otra parte, es muy común que a estos pacientes se les recomiende el ejercicio físico como la natación, las caminatas suaves y lentas, e incluso la bicicleta dependiendo del lugar de la afección.

Para saber cómo tratar la enfermedad debe haber un diagnóstico claro y preciso, producto de una buena evaluación del paciente, por parte de un médico experto. Luego, habrá la medicación necesaria o la recomendación de medidas más drásticas como la cirugía.



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