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HOGAR: Jardinería

Siembra con tu Hijo

   Cuando llueve mucho o el calor es muy intenso, puedes aprovechar para enseñarle a tu hijo cómo sembrar y cuidar un jardín interno.

   Si él aprende a disfrutar la relación con las plantas, tendrá la posibilidad de entender desde muy joven la necesidad de cuidar el ambiente, y tendrá conciencia ecológica. Lo mejor de todo es que no tendrás que hacer toda una inversión, ya que los juguetes que tienen tus hijos se convertirán en las herramientas perfectas para la jardinería.

   Además, con respecto a las macetas se puede ser original y utilizar recipientes no tradicionales, o si lo prefieres pueden dedicarse a sembrar tubérculos y ciertas plantas que se siembran directamente en la tierra.

   Por ejemplo, una gran idea son los jardines en cáscaras de huevo. Lo único que se debe hacer es colocar semillas de plantas florales diminutas en los cascarones de huevo, los cuales tienen que estar llenos con tierra abonada. Las cáscaras de huevo deben permanecer en su empaque original de cartón o de plástico.

   Luego, tú debes enseñarle a tu hijo cómo regar las plantitas y cómo cuidarlas, y además es importante que le expliques que el jardín es responsabilidad de él, y que los seres vivos que están por nacer dependen totalmente del cuidado que él les brinde.

   Otra buena opción es que siembren piñas (enanas) pues es muy fácil. Sólo hay que cortarle la parte superior y conservar como cinco centímetros de la fruta propiamente. Luego, se coloca esa parte en un tazón con agua, hasta que empiecen a desarrollarse las raíces. Cuando estas estén fuertes, se coloca la piña en una maceta con tierra húmeda, y cuando haya crecido, se puede trasplantar al jardín externo de la casa. Responsabiliza por completo a tu hijo de la plantita, y que sea él quien te diga si ya tiene raíces, y que luego esté pendiente de regar la piña en su maceta.

   También podrías elegir la batata (camote), pues germina bien dentro de la casa. Se debe escoger uno que tenga brotes en su piel. Debes tomar en cuenta eso sí, que el camote es tratado con químicos para que no se desarrolle, por lo que deberás conseguir uno natural.

   Después de lavar el camote, debes colocarle varios palillos de dientes y ponerlo en un vaso con agua, de manera que sólo una tercera parte esté sumergida. Cuando las raíces hayan crecido y estén fuertes, se siembra en una maceta, donde haya campo para que las ramas de la planta puedan desarrollarse libremente. De nuevo, en este caso, pones a tu hijo a encargarse del camote desde que está en el agua, lo siembran juntos, y después la planta es de él, por lo que debe cuidarla.

   De la misma forma, puedes usar la semilla del aguacate para que dé origen a una linda planta, si la dejas en el interior, y si la sacas se convertirá en un frondoso árbol. Para hacerlo, solo tienes que lavar la semilla para quitarle toda la masa. Luego, la pones en agua de la misma manera que se indica en el ejemplo del camote. A los dos meses sus raíces habrán germinado. En ese momento, se le agrega tierra directamente al agua hasta que el envase quede con mitad líquido y mitad agua. En dos semanas, se procede a trasplantarla a una maceta.

   Como ves, hay muchas maneras fáciles de hacer jardinería, las cuales puedes compartir con tus hijos para divertirse juntos, y para que aprendan el valor de todos los seres vivos.

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