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El Baño del Bebé
El baño del bebé es
fundamental para mantener la elasticidad de la piel y para que ésta cumpla bien
sus funciones: protegerlo y conectarlo con el mundo exterior.
La piel del bebé se
caracteriza por ser frágil, poco aceitosa, sensible a las bacterias, presenta
poca sudoración y produce poca melanina, por lo que el sol puede maltratarla.
Es asà como la piel de
nuestro pequeño hijo puede verse afectada por los cambios repentinos de
temperatura, ya que puede producir mucha humedad o resequedad extrema. Si no se
tienen los cuidados necesarios, la epidermis estará expuesta a cambios en el
pH, irritación, e interferencia en el correcto funcionamiento de la pelÃcula
hidrolÃpida, o incluso dermatitis (inflamación en la piel) o eczema (proceso
inflamatorio con picazón, enrojecimiento, vesÃculas mÃnimas y elevaciones).
Es por esto, que bañar al
niño debe ser un proceso que se toma muy en serio. Primero que nada debes
buscar un jabón adecuado para bebés. Un jabón común y corriente puede tener
un grado de alcalinidad demasiado fuerte, pero los que son indicados para bebés
generalmente están constituidos por sustancias neutras e hidratantes que
protegen la piel y conserven sus defensas naturales.
El baño es además un
momento en que el niño puede adquirir sus primeras experiencias y sensaciones
como la percepción del frÃo, del calor, del movimiento, del agua, y de la
aspereza, dentro de otras.
Cuando bañas a tu hijo es
importante que mantengas un horario, para que él se acostumbre y que adquiera
un buen sentido del ritmo y del orden. Después debes tener listo todo lo que
ocupas, es decir al menos dos toallas, la bañera, un tarro con agua tibia,
toallitas para restregar el cuerpito y la carita, el jabón, los pañales, el
talco, alguna crema suave, y la ropita limpia.
Para que no se te resbale,
puedes poner una toalla debajo del niño en la bañera. Si el ombligo no ha
cicatrizado no debes sumergirlo en el agua, por lo que utiliza una esponjita con
la cual humedezcas la zona, escurriéndola. Para enjabonarlo fácilmente, debes
hacerlo de arriba hacia abajo, para que al limpiar la cara y los ojitos el agua
esté más limpia. Luego, continúa con el cuerpo y por último las piernas.
Las zonas más delicadas
son los genitales, la ingle, las orejas, la parte superior del muslo, el cuello
y las axilas. A estas zonas debes prestarles especial cuidado, y enjabonarlas
con espumita sin frotar o restregar. Al momento de secarlo, hazlo con pequeñas
y suaves palmaditas, para que no se le hagan heridas.
Tu bebé es lo más
preciado que tienes y se merece todos los cuidados que tú le puedas dar.
Infórmate bien y brÃndale toda la atención para que esté siempre sano y
crezca muy hermoso.
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