CULTURA:
Pueblos y Costumbres
El Misterio de Petra
Dentro del árido desierto, en una de las partes más secas de la
Jordania en el
Medio Oriente, se descubre dentro de una grieta un mundo que nos transporta a
otra época, a un momento donde las conquistas y los grandes imperios surgían y
decaían todos los días. Ese puente con la antigüedad se llama Petra y
se supone que fue el hogar de una cultura conocida como los Nabateos.
El pueblo nabateo emergió ante el vacío que dejara la decadencia de la cultura
griega, y dominaron esta parte del Medio Oriente por más de cuatro siglos,
hasta que el Imperio Romano los conquistó. Su desaparición misteriosa fue
total cuando los bizantinos, con todo su esplendor los opacaron.
Gracias a las excavaciones que se han realizado en
Petra, se sabe que este
pueblo se caracterizaba por su habilidad comercial, así como por su afán
artístico, lo que nos garantiza que su nivel de desarrollo fue muy amplio. Pero
lo más impresionante es que pudieran desarrollar una ciudad pujante en un lugar
donde se esperaría que sólo la muerte tiene cabida. Los nabateos eran tan
astutos que lograron encausar el agua, de tal manera que durante todo el año
había suficiente, y cuando las lluvias se volvían crueles, la misma
arquitectura de la ciudad actuaba como fortaleza. Por todo Petra hay un sistema
casi invisible de cisternas que hacía posible el abastecimiento perenne de
agua, lo que demuestra su genialidad.
Sin embargo, tal vez la más grande muestra de su esplendor es la
impactante
arquitectura que tiene. Labrada directamente en la propia montaña, con grandes
edificios, y escondida en las entrañas de la montaña que la sostiene, Petra
era una ciudad impenetrable. En aquellos tiempos ancestrales, donde todo tipo de
tribus salvajes y hasta civilizaciones enteras estaban al asecho para conquistar
o destruir, ser una fortaleza natural era
una ventaja suprema.
Fue gracias a esta arquitectura que
los Nabateos lograron sobrevivir y ser un
pequeño imperio de 30.000 personas, hasta que llegaron los romanos en el
106 a.e.c. Así, encontramos en ella teatros, templos, tumbas y edificios
monumentales que sirvieron de refugio a una cultura que permanece casi
desconocida para nosotros.
Después, Petra desapareció de la faz de la tierra y cayó en el olvido, hasta
que en este siglo se redescubrió y en 1985 pasó a formar parte del
patrimonio
de la humanidad, y se convirtió en un próspero centro turístico. Hoy, Petra
está deshabitada, y alberga sólo comerciantes y trabajadores arqueológicos
que van a ella durante el día. Esto se debe a que el gobierno de Jordania
trasladó a sus habitantes (beduinos y la tribu Bedul) a una ciudad cercana
llamada Wadi Musa, y les regaló casas.
Estas tribus herederas de
los nabateos extrañan su forma de vida y no se
acostumbran a vivir en esas casas tan encerradas, ellos sólo conocen un hogar;
su hogar es Petra y ya no les pertenece. Su falta de costumbre es tal que
todavía hoy más de diez años después de que los separaron de su hábitat,
prefieren acampar afuera de las casas, en sus techos, antes que dormir adentro.
En Petra, la
antigüedad y la actualidad se encuentran para
demostrarnos que por la
astucia un pueblo puede sobrevivir en cualquier ambiente y en cualquier
circunstancia. Tanto los nabateos como pueblos modernos se han alimentado
a través de los siglos de Petra, ella ha sido su hogar y les ha dado el
sustento. Esta ancestral ciudad nos acerca a misterios que muchos hemos
olvidado, y sus piedras siguen siendo testigo de toda nuestra evolución.
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