CULTURA:
Recomendación Literaria
Harper Lee
Matar un Ruiseñor
Tatiana Herrera Á.
Harper Lee nació
en 1926
en Alabama, Estados Unidos. Estudió derecho y en 1960 publicó su única novela
Matar un Ruiseñor, la cual le mereció el premio Pulitzer, en
1961.
Como todos sabemos, la
década de los sesenta fue un momento de efervescencia histórica. El cambio
estaba a la orden del día: revoluciones sexuales, políticas, étnicas,
pacíficas y bélicas. Ese fue el ambiente en que esta novela vio la luz.
En el momento en que se
publica este texto, el problema de discriminación étnica tenía dividas a las
sociedades y hoy, siendo éste todavía un problema actual, nos hace
bien encontrarnos un libro que provoque la reflexión en torno a este tema.
Recordemos que para la época mencionada, la realidad era la discriminación, y
en especial los negros eran considerados humanos de clase inferior; fue por estos
años que Malcom X se enfrentó al KuKuxKlan (KKK), al líder
Martin Luther
King lo asesinaron y en Sudáfrica el ambiente no era más alentador.
"Matar un ruiseñor
es un pecado". Esta máxima se mantiene y se repite de diferentes maneras y
en boca de diversos personajes de la novela, donde nos enfrentamos a una
metáfora: matar a un hombre inocente, sea cual sea su color, es un pecado,
especialmente si la razón es el racismo.
Ningún ser humano vale
más que otro por su color, etnia, culto, sexo, procedencia, nivel económico o
cultural, u orientación sexual. La escritora nos demuestra así las injusticias
que acostumbramos a hacer todos en este intolerante mundo con las diferencias,
donde las minorías privilegiadas son las que acaparan el poder.
Harper Lee desarrolla su
tesis a partir de un caso que defiende el abogado Atticus, padre de tres niños.
El acusado es un negro esclavo y su ofensa, por supuesto totalmente infundada,
es haber violado a una blanca. La historia está ubicada en los años de
esclavitud en el sur de Estados Unidos, por lo que el tema resulta una cuestión
realmente candente.
Debemos mencionar, que
como la historia está narrada a partir de la óptica de una niña de ocho
años, el texto resulta muy conmovedor y hace
conciencia sobre lo dramático e
imperdonable que puede ser el racismo. La injusticia queda evidenciada a través
del dolor de esta niña, que entiende lo inhumano de culpar al hombre inocente y
negro, ya que le darían la pena de muerte, y eso sería como matar a un
indefenso ruiseñor.
Además de la fuerza y
actualidad del tema, esta novela está narrada
magistralmente, tanto que se
olvida que el punto de vista es el de una niña. La escritora es demasiado
lúcida y coherente para escribir y pensar como lo haría una pequeña, sin
embargo, tal vez estamos menospreciando a los niños. En general, son ellos los
que son capaces de detectar las graves diferencias que dividen a seres humanos
hermanos y adultos.
Por otro lado, hay
personajes como el vecino que nadie conoce, que juega un papel fundamental en la
trama. Para los niños el misterio que rodea a su vecino, es prueba de que debe
estar loco, y sin embargo ese loco se limita ayudar a los niños en lo que pueda
sin que ellos se den cuenta. Esto trae a colación, de nuevo y desde otro
ángulo, la injusticia, en tanto no se debería juzgar a nadie con presupuestos
infundados.
Por si fuera poco, la
novela abarca también aventuras, juegos y demás sucesos propios de la edad de
los hijos de Atticus, el abogado, quienes han sido criados por un negro todo
corazón. Es así como resulta una obra inspirada, emocionante, tierna y tensa
donde se conjugan la inocencia infantil y la crueldad del ser humano, así como la
valentía casi heroica de varios hombres, lo que evita que perdamos la fe en
nuestro género.
Como vemos la novela es
muy fuerte en sus temas y en su tratamiento también lo es. Al fin y al cabo
exige a los lectores que adopten una posición infantil, desde la cual la
injusticia de matar a un inocente, sea al ruiseñor, al hombre negro, a unos
niños o a un perro, resulta totalmente inmanejable.
Por eso,
si bien esta
novela es desde muchos ángulos un trago amargo, también es una obra que todos
deberíamos leer para conscientizarnos acerca de la problemática étnica y para
tratar de hacer este mundo un poco más humano y más equitativo.
Con esta lectura se sufre,
se llora, se ríe y lo más importante de todo se crece. De ahí que resulte un
aprendizaje, un recordatorio de cómo deberíamos comportarnos si queremos hacer
un universo mejor. Aquí encontraremos un texto de gran calidad que nos hará
reflexionar sobre nuestra condición y nuestro deber como seres humanos para con
nuestros hermanos. Tal vez después de leerla, es cuando realmente se entiende
lo que significa matar un ruiseñor.
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