CULTURA: ArtÃculo
EL ARTE EN PELIGRO DE
EXTINCIÓN
Tatiana Herrera
El
arte siempre ha sido una de las manifestaciones más elevadas que ha tenido el
ser humano.
Gracias
a la presencia del arte, el mundo ha tenido la posibilidad de interpretar, de
comunicarse, de desentrañar lo profundo y misterioso que todos llevamos dentro.
Es también gracias al arte que hemos podido entendernos mejor unos a otros.
En
nuestra sociedad, el arte nació en el momento en que hubo una división de
trabajo, hubo un excedente económico, y entonces pudimos darnos el lujo de
tener artistas, trabajadores de lo inútil, del pensamiento y las emociones.
A
través de la historia, los trabajadores del arte han tenido los privilegios de
ser excéntricos, vestirse diferente, ser casi caóticos, vivir bajo otras
reglas, etcétera, esto debido a que su producción se ha considerado distinta,
especial, a veces inspirada por las musas, otras por los dioses, pero siempre el
objetivo del arte ha sido muy elevado y respetado.
En
el siglo que acaba de morir, se rompió toda esta aura de magia que rodeaba al
arte, y ser artista se convirtió en un trabajo más, pues ya no habÃan musas
que inspiraran al artista, la fe se habÃa perdido. Este proceso es lo que
llamamos posmodernidad.
A
partir de ese momento, en que todo se empezó a desmitificar, y los artistas
buscaron el antiarte, y el mercado llegó a sus máximas expresiones, y
el consumismo se apoderó de nuestra forma de vida, el arte empezó a perder
terreno.
A
principios del S. XX, surgió el sétimo arte: el cine, monstruo que fue
creciendo hasta llegar a ser la gran industria que es hoy en dÃa. Esta nueva
forma de comunicarse, atrapó a grandes y a chicos, a pobres y a ricos, e
introdujo el concepto de arte masificado.
Al
mismo tiempo, las expresiones populares empezaron a tener envergaduras realmente
grandes y la división entre movimientos artÃsticos, el arte y el no arte, lo
culto y lo popular, la realidad y la ficción fue volviéndose cada vez más
difusa hasta casi desaparecer.
Después
de las dos guerras que vivió el mundo, la industrialización se aceleró y el
avance tecnológico fue una bola de nieve que ya no podemos detener. Este avance
ha hecho que toda nuestra
sociedad se vuelva hacia la tecnologÃa.
Los
gobiernos están privilegiando y facilitando los estudios en carreras técnicas,
la polÃtica tiene sólo esa orientación y no
es que eso esté mal ni mucho menos. Es sólo que no hay un equilibrio.
Hoy
la ciencia impera, la razón y lo práctico es lo que tiene sentido. Estamos en
un perÃodo de globalización donde todo se vende, el mercado libre es el que
manda, y hoy la mayorÃa sabe manejar una computadora pero no sabe quien era Leonardo
DaVinci.
Ante
esto, el arte ha perdido su lugar en la sociedad, tiene que competir contra un
gigante robot que le hace la vida más fácil a todo el mundo, y que nos hace
olvidar nuestra condición humana. La TecnologÃa es una maravilla, los avances
que nuestra sociedad ha tenido gracias a ella son indudables, pero queda la
sensación de que nos estamos olvidando de algo muy importante: el arte y la
literatura nos educan, nos hacen seres superiores, nos hacen seres humanos más
que animales, y lo fundamental es que con el arte entendemos tantas verdades,
que no podemos dejar de preocuparnos al ver como la tecnologÃa y la ciencia es
todo lo que importa en esta nuestra descreÃda y metalizada sociedad.
Ojalá
y nuestra percepción pesimista sea sólo eso, y el arte no esté por
desaparecer, la humanidad no tendrÃa la base intelectual y espiritual para
sostenerse. Por eso, creemos que es importante hacer conciencia sobre el peligro
que nos acecha antes de que sea tarde. Es necesario que dentro de un universo
tecnologizado, siempre haya ventanas artÃsticas que nos permitan respirar,
conmovernos, e identificarnos con los problemas de los demás que también son
nuestros problemas, es la única manera de humanizarnos y no perder nuestra
condición. Ya es suficiente con las miles de especies de animales que se han
extinguido para que tengamos, además, que cargar en nuestra conciencia con la
muerte del arte.
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